Su nombre ahora resuena por el mundo, y su voz no deja de sorprender a las más destacadas figuras de la ópera por su «versatilidad y exquisitas interpretaciones».

Desde Venezuela hasta España, Irlanda y Suiza se habla de la trayectoria del tenor Luis Magallanes, miembro de la Ópera de Zúrich, que ahora cosecha los éxitos de una formación musical que comenzó en Zaraza, donde nació y vivió hasta los 28 años.

Al recordarlo, Luis se traslada inmediatamente a su casa, en el Sector Cementerio de nuestro pueblo.

«Mi madre siempre tenía música en la casa de diferentes géneros, pero fue solo hasta el primer encuentro con el cuatro que empecé a cultivar esa pasión», cuenta el exalumno de la Escuela Bonifacio Gómez, del Liceo Antonio José Sotillo y egresado de la Universidad Simón Rodríguez.

A sus 10 años aprendió a tocar el cuatro bajo la tutela de su hermano Miguel Magallanes, a quien reconoce como su primer maestro de música.

Su vocación lo llevó a inscribirse en el coro de la Iglesia El Carmen, donde participó en las misas de aguinaldo bajo la dirección del profesor José Campos Jr.

Con ese mismo entusiasmo se unió a los talleres de percusión de la Casa de la Cultura con el profesor Alexander García y, posteriormente, en las clases de música del maestro Milano, en las que aprendió a tocar la trompeta.

Siendo estudiante del liceo Antonio Jose Sotillo, formó parte de la coral de la institución, dirigida por Éberly Arbeláez, de quien más tarde recibió clases de canto en los talleres dictados por el profesor zaraceño.

En 2010 ingresó al coro de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Moisés Moleiro, donde muy pronto empezó a impartir clases. Allí fue donde descubrió su pasión por el canto lírico.

«Yo empecé a estudiar canto lírico en Zaraza con Carlos Henriques, en el coro Moisés Moleiro. Luego fui por tres años a un conservatorio itinerante en Calabazo con la Maestra Margot Pares Reyna».

Eso lo impulsó a buscar capacitación en Caracas, donde fue aceptado en la Fundación Camerata.

De su paso por la orquesta en Zaraza, Luis atesora recuerdos inolvidables con su familia, amigos y alumnos. «Cada concierto que con muy pocos recursos pudimos hacer, pero donde disfrutamos muchísimo», dijo en entrevista con Infozaraza.

La crisis y un ángel

En 2017, desesperanzado la pobreza en la que estaba sumido en Venezuela, Luis comenzó a escribirle a venezolanos influyentes que vivían en el exterior. Sabía que tenía talento, pero solo necesitaba una oportunidad.

Contactó a través de las redes sociales a la famosa pianista venezolana y ganadora del Grammy Latino, Gabriela Montero, quien no desconoce a Zaraza porque es una admiradora y difusora del legado del zaraceño Moisés Moleiro.

«Le conté a Gabriela mi vida. Le dije quiero hacer música. Quiero cantar. Tengo tanto por hacer. No quiero morirme de hambre. Quiero triunfar. Y Gabriela me contestó», relata Luis en una crónica publicada en el diario El Mundo. Gabriela le pidió que le enviara un video demostrando su talento.

«Me fui volando, como pude, a Caracas porque en Zaraza no tenía un pianista que pudiera hacerme el acompañamiento. Y así conseguí hacer un vídeo, torpe y casero. Yo no lo sabía entonces, pero el marido de Gabriela es un excelente barítono irlandés, Sam McElroy. Gabriela le pidió a Sam que me escuchara y Sam se quedó impactado y me escribió. Nunca olvidaré su mensaje», dice Magallanes, quien fue acogido por la pareja en Dublín.

En 2018 comenzó a capacitarse en la Academia Real de Música Irlandesa, en Dublín, donde tuvo sus primeras presentaciones en la Ópera Nacional. Su extraordinario potencial artístico cautivó a la encargada del programa de artistas jóvenes de la Ópera de Zúrich, quien le animó a presentar una audición.

En 2020 fue aceptado en la institución suiza. La noticia fue motivo de alegría para Gabriela y su esposo.

«Nuestro ‘hijo’, el tenor Luis Magallanes ha sido aceptado en la Ópera de Zúrich a partir de este mes de septiembre. Su viaje comenzó en Zaraza, Venezuela, en 2018, hasta nuestra casa en Dublín», escribió Montero en su cuenta de Twitter.

Jorge Agobian (JA): ¿Qué recomendación le darías a niños y jóvenes de Zaraza que tienen tu misma pasión y que te ven como un ejemplo?

Luis Magallanes (LM): Lo mismo que le decía a cada uno de mis alumnos. En esta profesión, y en todas, hay que tener una disposición de aprender y eso significa que hay que saber escuchar. Escuchar para comprender, y no para responder. Un músico o cantante es un artesano y hay que moldearse a uno mismo hasta ir consiguiendo una mejor versión.  Hay que tener una curiosidad infinita y educarse en todas las artes, porque todas están relacionadas. Y, finalmente, creo que lo más importante es encontrar placer en esa pasión y disfrutar al compartirla. 

JA: ¿Por qué consideras que es importante seguir resaltando tus raíces donde quiera que vayas?

LM: Porque donde voy represento a mi país, mi pueblo, mi familia y a mis maestros. Y porque también es importante dejar saber que de donde vengo hay gente con mucho talento y con capacidades maravillosas, que con muy poco, hace cosas extraordinarias. 

JA: Si tuvieras que regalarle algo a Zaraza, ¿qué sería?

LM: Si tuviera y si pudiera (risas), le regalaría a Zaraza un gran centro cultural, con una merecida sede para la orquesta [Moisés Moleiro]. Un gran teatro con una gran difusión de toda la cultura nacional. Y en ese mismo teatro me regalaría a mí mismo poder cantar y hacer música con todos mis amigos y colegas. 

Crédito de la foto de portada: Sergio González Valero / El Mundo.