El 11 de octubre de 2021, el Ministerio de Cultura de Venezuela proclamó la procesión del Cristo de la Salud de Zaraza como patrimonio cultural del país.
Nunca hubo un momento más parecido al origen de la procesión del Cristo de la Salud que el año 2021. La pandemia de COVID-19 azotaba al pueblo, así como hace 164 años la epidemia del Cólera Morbus también causaba estragos en Zaraza. Y fue una plegaria de sanación lo que dio inicio a la procesión del Cristo de la Salud.
A finales de 2020 había temor por la propagación de COVID-19. En la iglesia San Gabriel Arcángel se discutía una y otra vez si era prudente hacer la procesión. El argumento era sensato: una aglomeración de personas era exactamente lo que los expertos desaconsejaban.
Por primera vez se decidió que la procesión no se iba a realizar, al menos no como se había hecho tradicionalmente desde el 1 de enero de 1857.
El Cristo de la Salud haría un recorrido vehicular. La modalidad improvisada permitiría, sin embargo, que el trayecto se extendiera a sectores por donde nunca antes había pasado la imagen.
Para devotos de siempre, como Elena Bernaez, más poderosa que las adversidades era fe y la tradición: «No importaba si la imagen no era llevada en hombros, lo importante era nuestra fe, nuestra confianza en nuestro amado Cristo de la Salud».
Fotos: Marieva Zamora y Elena Bernaez.
Un paseo como nunca antes
El Cristo de la Salud fue montado en la camioneta de José Tobias Morales y Claudia Medina. Un arco de rosas y flores blancas adornaban el altar. En la iglesia San Gabriel se rezó el rosario de Aurora, como siempre, bien tempranito.
Pasadas las seis de la mañana comenzó el recorrido.
La caravana estaba conformada por un segundo carro, el de los hermanos Rondón, desde donde un grupo de seminaristas iba predicando en altavoz:
–«¡Con los aplausos de este pueblo fiel, lo recibimos con gozo, con amor, con nuestro corazón dispuesto!».
La gente se aglomeró en las calles con altares, flores y globos. Aquello fue aplausos, lágrimas y fe.
La camioneta recorrió La Florida, La Prollosa, La Romana y llegó hasta el barrio El Terminal, donde los vecinos se unieron en oración por los presos. Siguió el recorrido hasta hospital William Lara, Terrazas de Santa Inés, el CDI y después Los Moraos. Fue entonces cuando se retomó el circuito tradicional.
Marieva Zamora, otra fiel devota, iba en el carro. «Fue algo realmente diferente, la gente pedía al Cristo de rodillas, con la emoción de verlo pasar por sus sectores», relata.
–«¡Protege a tu pueblo, Cristo de la Salud!», se escuchaba entre las plegarias.
Más tarde la imagen fue estacionada en el hospital Francisco Troconis, como es tradición. Allí estaba el padre Guido Kaisin que, con más fervor que nunca, realizó la oración por los enfermos.
Un recibimiento memorable
El Cristo regresó a la iglesia San Gabriel. Inevitablemente un grupo de feligreses decidió ir hasta el lugar. La imagen fue estacionada frente al templo y delante de ella estaba Reynaldo Armas con un conjunto llanero, haciendo historia con una inédita serenata en honor a la tradición del pueblo.
Aquel día Zaraza se reencontró con el origen de su tradición más antigua y fue una oportunidad única para reafirmar la promesa de que el Cristo de la Salud recorrerá todos los primero de enero las calles, mientras la fe permanezca viva.
Con relatos y fotografías de Marieva Zamora y Elena Bernaez Rodríguez.