Con 166 años de tradición, los zaraceños continuarán el 1 de enero de 2023 con una costumbre única: recibir el Año Nuevo con la Procesión del Cristo de la Salud, declarada patrimonio de Venezuela en 2021. A las peticiones se agregará un deseo especial: que el país entero conozca la manifestación religiosa y cultural del llano venezolano.

«La procesión del Cristo de la Salud tiene una raíz similar a la de El Nazareno de San Pablo, en Caracas, o a la de la Divina Pastora, en el estado Lara, pero esas procesiones son más conocidas», dice Elena Bernáez, devota y organizadora, quien está segura de que «hay que hacer más para que a nuestro Cristo de la Salud lo conozca Venezuela y el mundo».

El 11 de octubre de 2021 el ministerio de Cultura de Venezuela elevó la procesión como patrimonio del país “dada la significación social que esta expresión inmaterial tiene para las diferentes comunidades, la identidad y la diversidad cultural de la República”.

Unos meses después ocurrió lo mismo con la procesión del Cristo de la Salud de La Guaria, que cuenta con 422 años de tradición. Además de la del litoral guaireño, las imágenes del Cristo de la Salud son veneradas en Petare y Zaraza.

«Hay otras manifestaciones de esta naturaleza en diferentes localidades de Venezuela, pero el 1 de enero como tal no la hay», resalta el profesor y locutor zaraceño Luis Pimentel.

«Nosotros tenemos el privilegio de encontrarnos bien temprano el primer día del año, en la alborada de nuestra llanura zaraceña, con la salida del  Cristo de la Salud con el repique de campanas, un hecho que nos identifica ante el país».

Luis Pimentel, profesor y locutor zaraceño.

Al igual que Pimentel y Bernáez, el párroco de la Iglesia San Gabriel Arcángel, Ibrahim Gómez, considera que corresponde al pueblo y sus instituciones religiosas y educativas, promover la tradición dentro y fuera de las fronteras del municipio.

«Es importante que podamos hacer lo necesario a través de las redes sociales, de los medios de comunicación, [para] divulgar y tener una identidad por la procesión del Cristo de la Salud, que pueda enaltecer esta religiosidad popular», agrega Pimentel.

Un grupo de «guardianes» de la tradición y miembros de la Fundación Cristo de la Salud considera presentar la procesión ante la UNESCO para considerar elevarla como patrimonio cultural de la humanidad, con base en expresiones como el «joropo devocionario», que forma parte de las demostraciones durante la procesión llanera.

Mientras el deseo es el mismo para devotos como Carolina Delgado Linero, organizadora durante décadas de las actividades culturales relacionadas a la procesión, también considera que «el mayor milagro es que nuestro ciclo de vida termina e inicia con la procesión del Cristo de la Salud».

Delgado augura que «serán muchos años que se mantendrá nuestra tradición, porque su función es que Jesús nazca, crezca y viva en nuestros corazones».